miércoles, 26 de octubre de 2016

Brujería: qué se cocina en el caldero de las brujas


plantas-de-herbolario_1El conocimiento da poder y mantener la exclusividad de ese saber era, para algunos, la única forma de obtener reconocimiento. Pero guardar mezquinamente el saber es también una forma de protección contra profanos que podrían destrozar los fundamentos de un sistema de creencias, o usarlos con fines no adecuados.
Durante el tiempo en que la brujería tradicional se desarrolló y prosperó en la Europa de la Baja Edad Media, muchos conocimientos de brujería fueron plasmados en pequeños grimorios personales, por ello es que algo de ese saber se mantiene aún. Estos grimorios se pasaron de mano en mano dentro del seno de familias involucradas con esa tradición, pero la verdad es que son más los que se destruyeron o perdieron que los que quedaron. En algunos de ellos hay cuidadosas listas de ingredientes que perduran en la memoria popular por sus nombres estrafalarios y poco convencionales. ¿Quién no escuchó de un hechizo que lleva patas de araña y ojos de lagarto? Pues bien, en esto debemos aclarar que la receta no es textual, sino que las brujas ocultaban los verdaderos ingredientes bajo nombres relacionados al aspecto de la hierba, raíz o elemento usado. Del análisis de estos documentos antiquísimos se ha podido establecer una cierta correspondencia, que podrá servir para que la próxima vez que usted vea una vieja receta mágica de algún brujo, sepa lo que contiene:

Nombre mágico
Nombre común
Nombre científico
Anca de rana
Boton de oro musgoso
Ranunculus bulboso
Barba de viejo
Cionato
Chionantus virginica
Barbas de chivo
Ostra vegetal
Tragopogos porrofolius
Cabeza de negro
Marfil vegetal
Phytelephas macrocarpa
Cabeza de pastor
Bolsa de pastor
Cabella bursa pastoris
Cabeza de serpiente
Balmonia
Chelone glabra
Carne de víbora
-no tiene-
Microstylis ophioglossides
Carne y hueso
Tormentilla
Potentilla tormentilla
Cola de caballo
Junco
Equisetum hyemale
Cola de lagarto
Pechera
Saururus cernuus
Cola de ratón
Uva de gato
Sedum acre
Cola de vaca
Erígero
Erígero canadense
Cola de zorro
Licopodio
Lycopodium clavatum
Colchón de mendigo
Presa de gallo
Bidens frondosa
Colmena
Planta de caracol
Medicago scuttelata
Cresta de gallo
Cascabel amarillo
Rhinantus christagalli
Cuerda de tripa
Guisante
Tephrosia virginiana
Cuerno de unicornio
Unicornio falso
Helgonias dioica
Cuerno de venado
Locopodio
Lycopodium clavatum
Dedos sangrientos
Dedalera
Digitalis purpurea
Erizo
Erizo
Medicago intertexta
Garra de ratón
Rastrera
Corallorhiza odontorrhiza
Garra de gato
Hiedra
Nepeta glechoma
Garra de lobo
Licopodio
Lycopodium claratum
Leche de diablo ó leche de gato
Euforbia
Euphorbia helioscopia
Leche de serpiente
Euforbia
Euforbia corollata
Lengua de buey
Buglosa
Anchusa officinalis
Lengua de caballo
Lengua de ciervo
Scolopendrium vulgare
Lengua de cordero
Lancelota
Plantago lancelolata
Lengua de lagarto
Sauroglossum
Lengua de pájaro
Fresno europeo
Fraxinus excelsior
Lengua de perro
Conoglossum officinale
Lengua de sabueso
Hoja de vainilla
Liatris odoratissima
Lengua de serpiente
Helecho lengua de vívora
Ophioglossum vulgatum
Lengua de víbora
Violeta, diente de perro
Erythronium Americanum
ojo de dragón
Nephalium loganum
Ojo de gato
Escabiosa
Scabiosa stellata
Ojo de pájaro
Eléboro falso
Adonis vernalis
Ojos de burro
Mucuna
Mucuna pruriens
Ojos de toro
Caléndula de pantano
Caltha palustris
Oreja de ardilla
Llanten blanco
goodyear repens
Oreja de asno
Consuelda
Symphytum officinale
Oreja de Judío
Hongo de sauco
Pepiza auricula
Oreja de oso
Oreja de oso
Primula auricula
Oreja de ratón
Eracio
Hieracium pilosella
Pata de cabra
Fresno
Aegopodium podograria
Pata de conejo
Trébol de campo
Trifolium arvense
Pata de gallo
Geranio
Geranium maculatum
Pata de ganso
Chenopodium foetidum
Pata de gato
Serpiente de Canadá
Asarum canadense
Pata de liebre
Trébol
Trifolium arvense
Pata de lobo
Consuelda menor
Lycopus virginicus
Pata de paloma
Geranio
Geranium selvaticum
Pata de pato
Mandraque Americano
Podophyllum peltatum
Pata de pollo
Rastrera
Carallorhiza ordothorhiza
Pata de potra ó Pata de toro
Tusilago
Tussilalgo farfara
Pie de oso
Eléboro
Helleborus foetious
Resina de negro
Xanthorrhoea arborea
Sapo
Linaria
Linaria vulgaris
Trampa de cerdo ó Diente de león
Diente de león
Taraxacum dens leonis
Trompa de becerro
Linaria
Linaria vulgaris

Limpieza energética del hogar
En base a dichos conocimientos, muchos de los cuales se equiparan a fórmulas usadas por chamanes modernos, pueden elaborarse muchos preparados, cada uno de los cuales responde a necesidades específicas. La brujería moderna, es bueno reconocerlo, ha hecho adaptaciones locales de acuerdo con las posibilidades autóctonas, pero sin perder la efectividad de los preparados. El núcleo central en la utilización de hierbas se basa en la creencia de que cada planta está asociada a un cierto tipo de energía que aporta determinados efectos. Es así como, antes de cortar una planta mágica, se realiza un breve ritual de agradecimiento por el poder entregado y se deja un pequeño presente como muestra de respeto hacia la planta. Incluso cuando se utilizan las raíces no se debe matar la planta, sino tomar la menor parte posible, permitiendo que la misma continúe viviendo. Si el procedimiento ha sido muy invasivo, se cuidará especialmente la mata, con el fin de ayudar en su recuperación. El respeto por la naturaleza no es cosa de actuales tendencias asociadas a la Wicca y otras corrientes modernas, sino que está fundamentado en el hecho de considerar a las plantas el espacio de residencia de poderosas fuerzas necesarias para ejecutar la magia natural.
600755_645593842121843_1197817182_nPara limpiar energéticamente un espacio se deben quemar tres ingredientes fundamentales, que aseguran una higiene muy profunda, con un evidente cambio en el clima del ambiente. Pueden encenderse algunos palitos aromáticos con posterioridad (nunca durante) ya que el olor que queda puede no ser del agrado de todas las personas.
Este pequeño pero efectivo ritual puede ser efectuado por cualquier persona, con un cierto nivel de concentración en la tarea que se está llevando a cabo.
Para comenzar, hay que cerrar bien puertas y ventanas. Se quema una cucharadita de hojas de ruda seca, una de salvia seca y una de romero seco, idealmente trozados muy pequeños. Se los deja arder sobre un carboncillo, en algún recipiente que podamos pasar por los ambientes, dejando que estos se impregnen en el humo (que generalmente es muy espeso). Una vez pasado el humo por todos los ambientes, se espera que se termine de quemar la mezcla y se abre la casa. Pueden trazarse pentáculos de protección en cada habitación para evitar que se adhieran energías degradadas al ambiente.
Este procedimiento puede realizarse cuantas veces sea necesario y con la frecuencia que se desee. Cuando se sienta que el ambiente en un hogar (por ejemplo) se pone denso, suceden discusiones, hay malestar, se escuchan ruidos extraños, se ven sombras o demás, es un buen momento para realizarlo. También si alguno de los habitantes de la casa sueña con insectos.

Fuentes

Trabajo original de Astrid Griesser para Habitantes del Caos

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