viernes, 28 de octubre de 2016

La historia de Tala

Hola a todos, lo que escribiré a continuación sonará a cliché...pero como todos los clichés del mundo es completamente cierto: GRACIAS.
A todos los que leyeron y opinaron sobre el primer texto que publiqué. De verdad, me siento contenta y muy agradecida, porque lo pensé bastante antes de decidirme a hacerlo, me emociona que les gustara y espero no decepcionar con lo que siga.
Ustedes no lo saben, pero ya se van a enterar, de que hace tiempo yo hice lo que siempre llamé "mi muy extraña versión" de el Caballero de Libra y como obtuvo su armadura, esto con el fin de obtener el personaje en un foro y poder utilizarlo en el mismo, por cosas que pasan no lo he concretado, pero la historia está ahí y espero que les guste,
La imagen es arte completamente de Jawk Kimihiro. Gracias siempre, aunque aún no la uso como tal, fué un sueño desde que la vi por primera vez.
Saludo a todos, siempre pueden dejar sus comentarios, me encantará leerlos.


Tala....nadie (y tal vez ni ella,) sabía si realmente ese era su nombre, pero desde que recordaba todos la llamaban así en la reserva Cherokee en la que había crecido, amable, de pies ligeros, veloz y en constante comunión con el viento, creció cuidando de su hermano; junto al que fue denominada hija de la tribu, por ser huérfanos. La pérdida de sus padres y ningún recuerdo de ellos era algo con lo que Tala tenía que vivir cada día, pero proteger a Yooko la alentaba a ser siempre fuerte, la reserva donde vivía era agradable y los habitantes de ella eran su familia espiritual, Yaut el jefe de la tribu y Tuka-Ania su mujer la querían como a una hija y se habían asegurado de que ella y Yooko no estuvieran sin cuidado y orden a los largo de los años; Tuka-Ania era la chamán de la tribu y había sembrado en Tala la semilla con el conocimiento de los Ancestros, los valores y el honor, como guerrera, como humano y como integrante de un clan, la enseñó a ver en el humo de la fogata los mensajes de los antiguos, a escuchar su voz interior, a reconocer y sentir su tótem, su animal de poder y escuchar los mensajes del aire eran su fuerte; aprendió que el Sol recarga las fuerzas en el ser y la Luna depura de todo lo que ya no sirve; Tuka-Ania no había tenido hijos por que los Dioses a veces tienen planes que no podemos entender, pero eso es algo que las estrellas le habían dicho mucho tiempo antes de que Tala cimbrara al universo con su presencia, por ello Tuka-Ania se había volcado de amor y protección para Tala y Yooko, aunque tenía claro que el destino de ellos no era permanecer juntos porque bueno...las estrellas hablan. Tala era hábil con el arco y con el Tomahawk, desde niña sentía que el viento escuchaba su voz y siempre pedía dar el blanco. Y sucedía. Esas eran las razones por las que Yaut se había encargado de que fuera fuerte y valiente como un guerrero más de la tribu, la entrenó como el hijo que no había tenido y había dejado la enseñanza de las voces de los Ancestros a su mujer. 
Tala y Yooko tenían las mismas responsabilidades que los otros hijos de las familias en la reserva, cosechaban, participaban en las ceremonias y danzaban, agradecían a la Tierra cada cacería y todo lo que les daba y la protegían y honraban en todo momento. Pero sucede que nuestras rutas están trazadas de las estrellas a la tierra de formas que difícilmente se acaban de comprender y eso que hace que nunca estemos listos para muchas cosas...como la separación, por ejemplo. Y aquella mañana que Tala y Yooko salieron de cacería una de esas rutas estaba por terminar; un vuelo de águila, un lobo corriendo...y el caballo sin control de Yooko dirigiéndose hacia los peñascos...Tala fue por un momento casi tan veloz como el equino, pero no lo suficiente, mientras corría tratando de evitar la caida libre de su hermano su cuerpo se encendió en luz y los rayos salían en todas direcciones ella sentía arder sus manos y pies y esa fue la última imagen en los ojos de Yooko antes de precipitarse. Tala liberó toda la energía que había en su ser soltando un grito que se escuchó más allá de las montañas; y Tuka-Ania supo en la distancia mientras hacia arder el fuego en la reserva, que una parte de su corazón acababa de quedar en total obscuridad y que la otra estaría pronto como las noches de Luna llena...no toda la luz, ni completa penumbra.
Los meses siguientes fueron como un vacío para Tala, y aunque jamás volvió a salir de cacería, muchas veces trató de repetir esa luz en su cuerpo, esa velocidad el fuego que sentía en las extremidades; pero no lo conseguía, no importaba lo que hiciera; Yaut la entrenaba aún más fuerte, por que así la dejaba desahogar toda la ira y el dolor por haber perdido lo que ella consideraba su principal misión en la vida y por que Tuka-Ania le había dicho que su destino estaba por tomar una ruta diferente, ella lo había escuchado de las estrellas y aunque Tala no lo comprendía aún, también lo había visto, en el humo de la hoguera, lo escuchó en sus oraciones con Dios y los Ancestros; lo había sentido en los pasos del lobo, su animal de poder, su guía, la base su tótem el que con la mirada y latidos del corazón siempre le dictaba a donde ir. La única causa que tenía en conflicto a Tala era que todo la enviaba a tierras lejanas y desconocidas para ella....todo la enviaba a Grecia. Una y otra vez el camino marcaba a Grecia. 
Decidió que las señales de su partida saldrían cuando tuvieran que ser y puso su atención en continuar trabajando con esfuerzo su cuerpo y espíritu, decidió dejar que el camino apareciera a cada paso, seguía entrenando, orando y cumpliendo como la hija de tribu que era. Pero el universo nunca se detiene y las señales difícilmente tardan en aparecer, y aquella mañana en que la Madre Tierra se acomodó y la reserva se cimbró, causó efecto en todos; principalmente en Tala, que escuchó en el viento a la manada de búfalos correr desorientados hacia donde jugaban algunos niños de la tribu, en medio del pánico Tala reconoció las señales -sus señales-, un águila en el cielo, un lobo corriendo en la ladera...sus manos y pies ardiendo. Y corrió, pero esta vez lo hizo consciente, con fuerza y de pronto la luz volvió a salir de su ser, Tala pensaba que eran sus desconocidos Ancestros que la guiaban y mientras los rayos de luz salían en todas direcciones gritó con toda la fuerza que su ser permitió y extendió las manos hacia los desbocados animales que fueron arrastrados por la fuerza de esa luz hasta donde no pudieron hacer daño, algunos corrieron en otra dirección y otros tantos quedaron esparcidos reponiéndose del inesperado choque. Tala agotada; buscaba explicarse que había sido eso de nuevo, pero algo en su alma se alegraba de haberlo conseguido esta vez.
Ahora todos se preguntaban en la tribu ¿quién era Tala? Tuka-Ania la llevó consigo y le pidió que descansara, cuando Tala preguntó el porque, ésta le respondió que su viaje estaba por comenzar.
A la mañana siguiente, antes de que el este se iluminara, Yaut y Tuka-Ania despedian a Tala:
-Si puedo escuchar a mi corazón, ¿por qué tengo tanto miedo?
"Porque lo desconocido siempre nos atemoriza, pero nunca olvides que en una vista del cielo a la tierra, encontrarás las respuestas, escucha al viento siempre y no nos olvides niña de mi corazón." Le dijo dulcemente Tuka-Ania.
"Nunca, ni en las más obscuras situaciones, olvides que lo que te esté pasando a cada momento, es lo mejor que te puede pasar. Sales libre de aquí, sé libre siempre, por que está en tu naturaleza." Agregó Yaut.
Y partió Tala, con la misma cantidad de miedo y dudas que esperanzas de encontrar lo que no sabía si buscaba. Llegó pronto a la orilla de Carolina del Norte donde consiguió abordar un barco a Inglaterra, aunque era un carguero algo pasado, fue recibida de buen grado, pues hasta esas zonas era conocido el carácter amable de Yaut, todos se sentían alegres de zarpar y tomar aguas abiertas, pero la emoción no se hacía extensiva en Tala que consideraba invasión a los espíritus del mar, aparte de que bueno...no sabía nadar y eso la tensaba más, los ríos cerca de la reserva no podrían compararse jamás a la inmensidad de todo esto y Tala lo consideró una señal de lo que estaba por venir. Las semanas pasaron y arribó a Inglaterra en calma y escuchó todas las instrucciones y recomendaciones que amablemente le dieron, tenía que viajar en tren a Italia y de ahí partir en un ferri a Grecia, curiosamente para ella este segundo anuncio de agua bajo sus pies ya no fue tan tenso, a cada momento se convencía de que había encontrado un camino, el aullido que escuchaba en su corazón lo afirmaba. Decidió buscar algo de comer antes de seguir las indicaciones hacia el tren; pero mientras caminaba por los muelles escuchó entre las cajas de carga que alguien gritaba y cuando se acercó vio a dos figuras que empujaban y lanzaban divertidos por el aire a uno de los hombres que iban en la embarcación en la que había llegado, al acercarse pudo ver que era una pareja bastante extraña, ella era como una niña grande con demasiadas telas en sus ropas y él demasiado alto y delgado con ropajes igual muy llamativos (ya sabría Tala después quienes son Emony y Phonos), el hombre asustado pedía ayuda ante los ataques y a pesar de que no tenía idea de lo que iba a hacer, extrañamente para su mente, comenzó a sentir las señales ya conocidas y esta vez más fuertes que nunca las burlas y las ganas de dañar al hombre parecían aumentar el ardor en sus extremidades. Decidida, se acercó más y fue cuando la pareja la notó, comenzaron a hablar entre ellos burlándose de ella en repetidas ocasiones, decían que su aspecto no era común y que sería presa fácil, cosa que en la mente de Tala rebotó con ironía por que de alguna manera, opinaba lo mismo de ellos, resolvieron acabar con la intrusa de igual manera y antes de que Tala pudiera reaccionar sintió un golpe que la lanzó varios metros sobre el aire, y mientras caía sólo pensaba como iba a reponerse de aquello, pero antes de que la mente le diera para más, un nuevo ataque la lanzaba al vacío y cayó sobre las aguas, el dolor desapareció y dio lugar al pánico cuando recordó que no sabía nadar, sentía que las manos le ardían y escuchaba el aullido de un lobo a lo lejos, trataba de concentrarse mientras sentía que poco a poco se hundía y recordó al viento, él siempre la escuchaba, se tranquilizó y pensó en el viento, ráfagas y ráfagas furiosas de viento hirviendo, aún podía ver a la singular pareja parada en la orilla riéndose y golpeando al desafortunado marinero, siguió invocando al viento y cuando su mente llegó al límite, salió disparada hacia la superficie, su cuerpo nuevamente brillaba, los rayos estaban ahí de nuevo y entonces comenzó a sentir una serie de golpes por todo el cuerpo, pero no sentía dolor y al mirarse traía semejantes piezas doradas sobre sí, era una armadura, pudo ver que todo su cuerpo estaba encendido en luz y entonces ocurrió....le gritó al lobo y extendió las manos. La pareja que ahora reconocía como seres obscuros, aunque con un brillo similar al suyo pero mucho menor y cargado de maldad, salieron disparados a una mayor distancia sin dar crédito a lo que estaba ocurriendo, la furia de Tala estaba descontrolada y lanzó sobre ellos las cajas de carga que estaban alrededor, sabía en su mirada que eran seres sin Ancestros y sin honor; ellos tras el impacto lanzaron las cajas por los aires pero Tala ya los embestía de nuevo con las manos extendidas para atacar nuevamente, el dúo malévolo se miró confundido y desaparecieron entre los destrozos a una velocidad que la desconcertó. Tala quedó ahí, parada en medio del caos agotada y sin saber que hacer; y entre los escombros vio una caja dorada que no reconocía, pero que sabía que le pertenecía, brillaba de forma cegadora y ella no sabía que hacer, así que tomó lo primero que vino a su mente: respiró. Respiró como cuando intentaba encontrar respuestas en el fuego o las estrellas, cuando pedía consejo de los Ancestros o simplemente se encontraba en comunión con el universo, la armadura se desprendió de su cuerpo y formó un ensamble perfecto, para después ocupar su lugar en la caja, Tala la observó por largo rato, mientras dejaba que todo entrara en su cabeza, vació todo lo que había en ella y permitió que el cosmos ingresara en su mente como un tornado pacífico, ahora mucha de la información que necesitaba para su llegada a Grecia estaba ahí. Después sólo tomó la caja, la colocó en su espalda y continuó su camino la tenía, se tenían; se conocerían y todo iniciaba. El resto de su travesía en el tren y por el ferri, fueron de lo más tranquilas, ésta vez el agua ya no le daba miedo, y aunque por momentos se sentía observada, no había miedo; el lobo y el águila la acompañaron todo el tiempo, llegó en paz a Grecia y realizó su recorrido hasta encontrarse frente al santuario, ahora sí tenía claro que todo comenzaba de verdad...




2 comentarios:

  1. Podría escribir mil y un cosas pero al final lo resumiré en una:Wow

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    Respuestas
    1. ¡Gracias José!
      No dejes de leer y poner tus comentarios :D

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