Cierto
día, siete demonios tocaron a mi puerta, uno tras otro, a algunos los abrace, y
los devore, absorbiendo eso que me hacia débil y convirtiéndolo en fortaleza,
otros me han alejado del camino, susurrando horrores en mi cabeza,
transformando la realidad en mentira y la mentira en caos, el caos formo la
rabia la ira y el dolor, siete demonios tocaron a mi puerta, uno más terrible
que el otro, mostrándome ansiedad coraje ira y odio.
Siete
terribles demonios, que no se van, algunos viven dentro otros al costado, haciéndome
tropezar, me muestran mi propio rostro fragmentado en miles de pedazos, me
muestran como el más pequeño roce de un ser querido se siente como agujas clavándose
en mi piel.
Me
muestran, como muchas voces de alter egos me hablan y ruegan y suplican por
salir a la superficie, me muestran el odio acumulado convertido en frialdad
*Imagenes por Shawn Coss
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