domingo, 20 de noviembre de 2016

Rituales que Salen Mal, por Phil Hine

Agradezco al incorregible Reg el sugerir el tema de la conferencia de esta noche. Los magos son demasiado pretensiosos diseñando los rituales con los que trabajan. Invocaciones magníficas, grandilocuentes evocaciones y tenemos el típico caso del hechizo para dinero o trabajo antes de encontrarse un billete de diez libras tirado en la calle. Pero ¿qué hay tras los rituales que no salen tal y como habíamos previsto?, esas invocaciones donde la deidad no se manifiesta, esos resultados mágicos que tampoco llegan o los trabajos que dejan a uno con la sensación de "¿Ya está?" Esta noche les contaré alguno de los tropiezos mágicos que he sufrido, trataremos como han cambiado mi vida (o no) y algunos errores de compañeros míos. Podría pensarse que esto solo es una de las excusas de Hine para contar muchas anécdotas, pero ¿qué más da?






Nota del E: esta conferencia informal, impartida antes de abrirse debate en unos de los talleres en que trabajó Phil Hine, ha sido revisada, cotejada con la transcripción que él mismo facilita en su web, corregida y ampliada. La traducción que suele encontrarse disponible en la red no era íntegra. También he procurado reproducir el distendido tono original. Nos parecía más justo eso que publicarla siendo a nuestros ojos mejorable, o transformarla en un ensayo al uso (con añadidos propios o no) para hacer del texto otro tipo de material pedagógico al que es. Lo que leéis arriba es una de las partes que habían sido suprimidas en anteriores versiones difundidas en la red. Habitantes del Caos espera que lo disfruteis, Hine es un estupendo y divertido divulgador. Todos estos esfuerzos empleados se deben al reconocimiento de su trabajo y valía.


Por qué algunos rituales no funcionan

Leyendo a Peter Carroll y sus explicaciones matemáticas de la magia me da a veces la impresión de que si un ritual sale mal, es porque alguien puso la coma decimal en el lugar incorrecto. Las explicaciones que solemos utilizar para describir cómo la magia funciona, ya sabeis, los campos mórficos, mariposas que aletean y demás, están muy bien, pero al leerlas me da a menudo la impresión de escapársenos algo. En algunos círculos los ocultistas se escudan con argumentos como bueno, las mareas estaban en contra de este trabajo en aquel momento o aquello de mi karma no permitió que este hechizo diera resultado. ¿Lo pilláis? Viéndolo así, cuando sale bien toca hinchar el ego, y si no, es culpa de alguna burocracia del cosmos.

Pero ¿qué queremos decir con rituales que salen mal? En el caso de la magia de resultados (brujería), nos referimos a provocar con ella una situación específica que aún no se ha manifestado. En este tipo de situaciones podría librarme de asumir la culpa con la excusa de que el universo todavía está trabajando en ello para que se manifieste... es decir, que he realizado mi pedido correctamente, pero aún no me ha llegado el paquete por mensajería... Cuando hablamos de invocaciones que salen mal queremos decir que la deidad convocada nunca se dignó a presentarse, contaré sobre ello en breve. Por supuesto, muchos trabajos mágicos no suponen resultados de corte espectacular en lo llamativo. Por ejemplo, ese es el caso de manifestaciones sutiles como el desarrollo personal y similares, trabajos en los que puedes juzgar resultados solamente pasado un tiempo.


Magia de resultados

Con la magia de resultados o brujería se trata de causar cambios específicos en las condiciones actuales de uno, de un grupo, etc. Uno de los acercamientos más simples a la brujería es utilizar sigiles. Lo mas importante acerca de los sigiles, y voy a reincidir en ello, es ser lo mas preciso posible al declarar la intención personal. Vagas intenciones brindan vagos resultados. Sin embargo, hay también otros factores a considerar.

¿Quién no ha intentado hacer alguna vez un sigilo para conseguir acostarse con alguien? Levanten las manos......

...Bueno, yo también. ¿Dio resultado? La mayoría de las veces no.

Hace un tiempo, hice un sigilo de TOPY para conseguir que una fantasía sexual por mucho tiempo deseada se manifestara en el mundo real, y no, no les voy a contar los detalles..... No hace falta decir que el sigilo nunca funcionó... hasta ahora, al menos. Voy a explicaros cuál es mi teoría acerca de esto.

Una de las claves del proceso del sigilización es permitir al deseo que se convierta en algo latente. Es decir, que no permitais que aflore a la conciencia. Siendo el sigilo creado para un deseo extremadamente fuerte, puede que hasta obsesivo, probablemente estaba muy hostigado por esa situación imaginada como para dejar que el deseo se haga latente permitiéndole poder manifesarse. Para que así suceda, seguramente tendría que volver a trabajar sobre algunos de mis complejos de lujuria. Si asi lo hiciera, y entonces se presentara la oportunidad de obtener el resultado manifiesto, podría ser que ya no estuviera interesado en aprovecharlo.

Una idea mágica tradicional es que no debes forzar demasiado el universo. Hay una vieja historia acerca de un mago que lanzó un hechizo para obtener dinero y se quedó esperando a que el multiverso se lo trajera (como si este fuera Santa Claus). No hizo mucho para ''ayudar'' a que el deseo se manifiestara, así que ocurrió a través de la indemnización de un seguro tras tropezar debido a la alfombra suelta que cubría unas escaleras y romperse ambas piernas en la oficina de empleo. Un resultado exitoso, aunque no de la forma que él esperaba. Lo que demuestra que el Multiverso tiene un extraño e irónico sentido del humor.

                                               
Invocaciones

He sido testigo muchas veces de rituales en grupo donde la deidad invitada que desciende no lo hace precisamente en la sacerdotisa o el sacerdote elegido, pero sí en algún otro. Esto puede ser embarazoso por lo que implica, especialmente porque cuando lo he visto esto ocurrir todo parece seguir su curso normal, mientras que uno de los participantes permanece de pie o sentado, pero totalmente ido o confundido. Solo después de que todo pasó escuchas murmurar lo de "Kali estuvo en mí, y pasó esto y esto", etc. El otro punto a mencionar es que después de una invocación, no todas las entidades querrán marcharse de buen grado. Algunas lo rechazarán categóricamente y tendrán que ser persuadidas, amenazadas, o manipuladas con alcohol. Aunque esto no puede ser considerado una fracaso, sí se puede ver como nivel inesperado de éxito. Los magos deben evitar lo inesperado. Un amigo mío hizo una vez algunas conjuraciones a los "dioses oscuros" en su apartamento. Como buen mago del caos que es, desterró con risa. Sin embargo, todavía había algo merodeando a su alrededor y fuera lo que fuera, literalmente lo sacó a patadas de la cama...Quien ríe el último ríe mejor, que dice el refrán.

En 1985, en York, estaba realizando una invocación a Baphomet con la suma sacerdotisa del grupo al que yo pertenecía. Una vez más ''algo'' en la habitación protestó enérgicamente. Sea lo que fuese aquello, arrancó un pesado cartel de la pared. No es que solamente se deslizara por ella hasta el suelo, oh, no, se vio claramente como alguien lo separaba de la pared en ángulo recto para luego dejarlo caer. Después de eso, una de las columnas de altavoces de mi estéreo comenzó a balancearse. Captamos la indirecta, desterramos y nos fuimos a tomar algo al bar.


Magia en grupo

No me gusta hacer trabajos mágicos con personas que me dan mala espina (o que simplemente no me gustan teniendo buenas razones para ello). Me he impuesto esta regla desde un incidente que tuve en 1986. Estaba en un grupo celebrándose una reunión a la que invitaron una gran cantidad de personas debido a la ''importancia'' del trabajo. Dos de ellas se pasaron todo el tiempo discutiendo, creando una incómoda atmósfera de malas vibraciones. Esto me tenia harto ya de tonterías y hubiese preferido no haber participado, pero no podía retirarme al desempeñar yo un papel importante en el ritual. Ya que no podía hacer nada decidí retirarme del templo, a un dormitorio que no estaba en uso y ponerme a vagar astralmente pasando de todos. Vamos, lo que hace cualquiera en una situación así.

Mientras flotaba feliz alrededor del árbol de la vida, una persona entró en el dormitorio y llegó a la conclusión de que yo estaba siendo atacado por demonios en el plano astral, que es lo que pensaría cualquiera al encontrarse a alguien descansando plácidamente en el suelo. Si alguna vez te ha despertado de un trance profundo un tipo enorme sobre ti con un athame [cuchillo ritual wicca] gritando FUERA, ESPÍRITU MALVADO, te puedes imaginar como me pudo sentar aquello. Digamos que no fue como encontrarse con una pequeña y adorable hada.

Decidí no participar a lo planeado para el día siguiente. Me largué pensando "nunca más". Pero esperad, que aquí viene lo mejor. Cuando el ferrocarril británico me devolvia a la relativa cordura de York, la gente con la que había estado estaba ya en su siguiente trabajo mágico. Al parecer, alguien recibió un mensaje de los guardias astrales. Resulta que mientras que estaba sentando en el tren bebiendo y pensando en anular mi suscripción a la revista New Scientist, mi cuerpo astral estaba siendo atacado (¡otra vez!) y el grupo estaba luchando, hombro con hombro, como hermanos en la causa común de salvar mi alma. Al volver a casa, busqué el consejo de un viejo colega de esto, opinó que todo el asunto había sido una payasada y que de ahora en adelante me mantuviera alejado de tontos del culo. Consejo que seguí, fielmente, salvo una o dos excepciones.

El resultado de esta experiencia en particular fue que dejé ese grupo para poco tiempo después unirme a otro, con un cambio de dirección para mi práctica mágica. Con eso y la convicción de que nunca más haría nada de magia con gente en la que no confiara.

A veces, he pensado que había sido un ritual fallido, cuando en realidad no lo era. Dos ejemplos me vienen a la mente ahora. El primero fue cuando otro colega y yo intentamos canalizar al mago Amalantrah, uno de los contactos de los planos superiores que tuvo Aleister Crowley. Queríamos formar un nuevo grupo mágico en aquel entonces (La Estrella Oscura), y leyendo que se decía acerca del SAG en fanzines, queríamos que uno o dos de los adeptos de estos planos elevados fueran quienes dirigieran la orden. Recuerdo que hicimos contacto con un "no sé que''. Guardo aquel ritual en mi memoria con cariño e ilusión, como si los cuentos de hadas o la magia del conejo de pascua formaran parte de aquello, pero por resumir, diré qué ese tipejo no estaba interesado en ser nuestro patrocinador.

La segunda, fue una en una invocación de Thoth. En otro momento thelemita que nos dio. Todo parecía ir sobre ruedas, pero Thoth no se manifestó de una forma discernible: ni voces dentro de la cabeza, ni visiones, nada de nada... Excepto que, la noche siguiente, alguien me pidió hacer una lectura del tarot usando el mazo de Thoth. Continué ello cerca de cinco horas, y me di cuenta que se me estaban dando muchas respuestas. Otra vez lo inesperado.

Hablar de resultados inesperados es algo que me hace pensar en Eris y su sentido del humor, cojonudo, pero muy, muy extraño. Una vez hicimos un trabajo en nombre de otra persona con Eris como la corriente de poder. El Rito funcionó para tal persona, sólo que el resultado fue una grandísima mierda. En cuanto a mí; al día siguiente me quedé fuera sin las llaves de mi apartamento en la última planta, por lo que tuve que entrar subiendo por el tejado (y llovia), el monitor de mi ordenador sencillamente murió y se rompió un condón en plena función provocando varios días de ansiedad tanto a mi como a la otra persona implicada. ¡Hail Eris!

Hoy en día tengo la tendencia de creer que si hago un trabajo, ¡va a salir muy bien! Pero añado que procuro solamente intentar conseguir resultados con cosas que tienen una alta probabilidad de salir bien, evito forzar mucho las cosas.

Puedo recordarme, hace muchos años, haciendo un ritual del pentagrama y pensando al mismo tiempo "¡mierda! he hecho todos los pasos mal y sin embargo, nadie se ha dado cuenta." Y no les pasó nada extraño por aquello, al menos todavía. En el primer grupo al que pertenecí me hicieron creer que si uno sale de un círculo mágico durante el ritual, puede que todo se tuerza. Cuando visité otro grupo vi bastante desoncertado que allí entraban y salían de los círculos una y otra vez durante sus rituales. No obstante, sigo pensando que es bueno dar las instrucciones antes del ritual y no ir haciéndolo en medio de una invocación haciendo interrupciones... pero para algunos hacer esa es su forma de trabajo ritual.

Pero todo esto no está contestando a la pregunta de por qué hay rituales que salen mal. Pienso que la dinámica de grupo, o quizás no tener cuidado con ella, puede explicar algunos gajes del oficio del ocultista. Un ejemplo típico son esas situaciones en las que nadie sabe realmente lo que se está haciendo pero no se atreven a preguntar estando demasiado nerviosos o por el miedo a hacer el ridículo. Mantener cierta respetabilidad como mago no parece coherente con decir "ejem, la verdad es que no entiendo que estamos haciendo". Pero cuidado, que si resulta que nadie sabe lo que se hace podría acabar la cosa en problemas para todos.                                                                    


No tener la actitud correcta

No tener la actitud correcta al realizar un ritual es probablemente la causa de muchos resultados fallidos. Una vez hicimos un ritual de Mercurio, ese malnacido tramposo como... bueno, como todos. Había una pareja que no se lo tomaba en serio, puede que porque esperaban que después del ritual tocara hacer una orgía. Todos los demás consiguieron su deseo manifestado... pero lo único que sacaron ellos es que entraran a robar en su casa. Entonces, ¿cuál es la actitud correcta? Difícil de decir, solamente pienso que una seriedad algo traviesa es lo que a mí me da resultado. Si uno se pone demasiado serio lo único que se obtiene es pomposidad. Si se pone en una actitud demasiado alegre lo único que conseguirá es sacar de quicio al resto de participantes (y esto puede incluir a las entidades con las que estás trabajando).


No molestarse en desterrar

No tomarse la molestia de desterrar es a veces adecuado para algunas ocasiones en las que esto sería incómodo o impracticable. No siempre es necesario desterrar. Pero eso no quiere decir que uno deba no hacerlo por sistema. He conocido a mucha gente que dice que nunca se toman la molestia de desterrar y han perdido la cabeza. Tengo un conocido que quemó todos sus libros de magia, se grabó a mano alzada un pentagrama en el pecho y últimamente fue visto retenido por dos corpulentas enfermeras psiquiátricas.

Es un buen momento para hablar de chiflados. Sí, seguramente todos conoceremos locos de este tipo, locos por la magia, la escena ocultista está llena de ellos. ''Magos'' que dicen ser reencarnaciones de Aleister Crowley, gente que tiene combates en el astral con logias negras imaginarias y los que creen que son dioses. En mi libro, volverse chiflado es un error en la magia. Bueno, se supone que te hace mejor persona ¿verdad? Puede, si rompes con la gente aburrida y estúpida debido a tus extravagancias. Una manera de orientarte sencilla: si te vuelves un poco chiflado, pero lo superas, entonces has pasado por algún tipo de iniciación; si te quedas perturbado es que algo has hecho mal. Puede que creas que has cruzado el abismo, que has pateado el culo de la bestia y has llegado a alcanzar méritos para una nueva jerarquía de rangos de iniciación, pero si todos piensan que eres un imbécil, entonces todo eso que crees está puñeteramente mal. Es fácil que se te vaya la cabeza con magia. Si invocas constantemente a la misma deidad, es más que probable que acabes obsesionado con ella. Hay que invocar con regularidad, a menudo, pero que haya variedad, por favor. Hace unos años, uno de Leeds hizo tantas invocaciones a Pan que se decía que rondaba por el centro de la ciudad de Newcastle mostrando una prominente erección, proclamando ser la personificación del principio masculino y preguntando dónde estaba su sacerdotisa. Lo que al final consiguió fue la manifestación de espíritus guardianes, pero de los que van luciendo uniforme azul y una placa...

                                                                                       

Exceso de confianza

Es positivo en la magia tener gran confianza en sí mismo y en que todo va a salir bien. Si no estás totalmente seguro de lo que estás haciendo, puede salirte el tiro por la culata en tu trabajo. Pero, y te lo digo con confianza, se puede tener demasiado de algo que es bueno.Si estás totalmente confiado en que todo va a salir como esperas, eres menos capaz de adaptarte rápido a la situación si es que algo no va como se supone que debería ir.

Estamos en 1981. Formo parte de un grupo contemplando a una sacerdotisa entrar en trance. Se mantiene en reposo, relajada, murmura y murmura continuamente. Estupendo, nada que no esperásemos. De repente, comienza a retorcerse gimiendo y a hacer cosas que supuestamente no deberían suceder. Entonces alguien le echa un poco de agua bendita. Otro traza un pentagrama sobre ella, pero lo único que consigue es que empeore. En ese punto empieza a cundir el pánico y nos preguntamos quién se ofrecerá a llamar a una ambulancia. Consternación general, el ¿qué vamos a hacer? y todo eso. De pronto, vuelve de su trance, nada contenta. ¿Acaso no sabíamos que ella luchaba con un demonio y que no nos comportábamos de la manera adecuada en algo así? ¡Diez millones de puntos menos para tu karma y te quedas castigado cara a la pared en una esquina del templo hasta que te aprendas todas las leyes de la brujería!

De todas formas ¿qué se debe hacer cuando alguien no sale del trance? ¿Dejarlos descansar un ratito más? ¿Llamarlos suavemente por su nombre? ¿Cosquillas en los pies? ¿Echarles un cubo de agua o darles una bofetada? Los libros de "Cómo hacer Magia para principiantes" no suelen tratar este tipo de asuntos. Uno espera que basta con dar a la entidad permiso para irse y hará su camino de vuelta al lugar de donde haya venido.

A veces los rituales sale mal porque algo que parecía bueno cuando se planeó, no lo era de verdad a la hora de los hechos. Algunos amigos míos planearon un trabajo con Odín. Obviaremos los detalles, pero implicaba colgar a alguien de un árbol. Las cuerdas que usaron llevaron a tener el voluntario problemas circulatorios que pintaban muy mal, tanto fue así que al final tuvo éste que ser bajado y el rito fue suspendido.

De forma parecida, el problema de tener demasiada confianza en rituales escritos por otros es que cuando surge la necesidad de improvisar, esto puede no ser tarea fácil si no se está acostumbrado a ello. Un grupo al que yo pertenecía estaba en una ocasión llevando a cabo un clásico de los rituales wicca "El descenso de la diosa en la sumo sacerdotisa". En este, la sacerdotisa declara ser la portadora de la diosa. Tras decir la dama las primeras dos líneas, se le oyó un: "¡mierda! se me ha olvidado el resto!" seguido de unas risitas nerviosas provenientes del grupo. Vale, a todos se nos han olvidado nuestras líneas alguna vez, pero si no puedes improvisar en tales momentos, puede llegar a arruinar toda la atmósfera tan cuidadosamente creada.                                                                            


Hacerlo con estilo

Pienso que una de las claves para los rituales es que si vas a hacerlo, hazlo con un poco de swing. Imagina que eres un actor en el escenario que insufla vida en lo que está haciendo. Puede que no creas que los dioses que invocas sean reales, pero estás actuando en algún plano elevado ¿No te preocupa echarlo a perder solo pudiendo aspirar hasta eso que llaman bajo astral [y lleno de malas vibraciones, dicen]? Eso pasa a aquellos que cometen errores y ponen desgana en vez de entusiasmo en las declaraciones mágicas. ¿A esos garabatos torcidos los llamas pentagramas?. La magia funciona con el principio nada hacia adentro, nada hacia fuera. Si puedes, al menos, comportarte como si estuvieras invocando poderes más allá del espacio y del tiempo, quizás consigas algo. Si estás metido en un ritual grandilocuente de este tipo, has de saber que dentro de tus muchas facetas hay una reina del drama, una diva, esperando su oportunidad; concédesela. Permítete ser extravagante. Dales un buen espectáculo y los dioses te recompensarán, harán una buena reseña sobre tu función y volverán a por más recomendándote a sus amigos.

Esto nos lleva a otro tema más, el pedirle a los dioses que hagan cosas por ti, algo que puede ser complicado. Pedirle a Kali que se le la líe al vecino de arriba porque pone la música demasiado alta cuando intentas meditar es como matar moscas a cañonazos (o bombas atómicas). Se dice que los dioses tienen una percepción del tiempo diferente a la nuestra, siendo nuestro sentido del ''ahora'' muy diferente al suyo. Hace unos años, trabajando con Isis tuve la impresión de que no estaba haciendo la diosa nada en verdad desde hace al menos unos cuantos miles de años. Trabajar con elementales es mucho más fácil, pero también pueden ser tramposos. Culpo de ello a la mentalidad que aplicamos a la magia, esa manía de psicologizar que empleamos a veces. Reconozcamóslo. Si viene alguien y te dice ''solo eres una faceta derivada de mí, una parte de mi personalidad'' y que debes hacer lo que él diga ¿Tú le harias caso? ¡Claro que no! Yo le pegaría un puñetazo que le volveria al cara del revés (ganas tendría al menos) y creo que la mayor parte del tiempo es eso lo que sienten las entidades cuando se topan con esos magos arrogantes todo el rato diciendoles que hagan esto o aquello sin decir ''por favor'' u ofrecer un sacrificio decente.

Si en las reuniones del jet-set, el círculo ocultista de tu ciudad, se te ocurre reconocer que un trabajo ha ido mal, no va a faltar el idiota que va de listillo por la vida que te señale con el dedo reprochándote en plan oh, no has invocado a (vete a saber quién) delante de los portales correctos o no has usado la simbología correcta de colores. Te vendrá a soltar cualquier mandanga por el estilo. Me dio una pista sobre qué ocurrió el haber tratado con un miembro de una facción de la O.T.O lo que he contado de nuestro fallido trabajo con Amalantrah, me dijo el tipo: bien, como puede ver, los adeptos del plano superior están en un periodo de silencio. Esto supongo que viene a decir que habían salido todos en su descanso para comer o que estaban en la hora de la siesta. Por lo tanto, la entidad canalizada que decía ser Amalantrah no lo era, sino otra que se presentaba haciendo como si lo fuera. Esto iba a ser lo que se nos escapaba de la ecuación, lo que nos jodió la cosa. Por supuesto, no hace falta decir que intentamos comprobar su identidad de todas las formas habituales prescritas, ¿marcó la diferencia el hecho de no contar con una Mujer Escarlata colocada? Mejor dejarlo ahí.

No soy muy partidiario de dar esta clase de explicaciones. La mayoría de los ''sistemas'' mágicos parecen tener grandes incoherencias. Por ejemplo, nadie ha sido capaz nunca de darme una explicación decente sobre por qué la esfera de Hod en la Cábala está asociada con el elemento agua. Nunca me di cuenta hasta que hice una serie de trabajos con Hod el año pasado, y nadie me ha dicho nada satisfactorio todavía, pero estoy divagando...

No obstante, parece haber algunos principios básicos en ciertos tipos de operaciones mágicas. Tomemos, por ejemplo, la Goecia. Sí, invocar demonios, ¡que guay!. Hace un par de años hicimos una serie entera de evocaciones de La Clave Menor del Rey Salomón. Para el primer trabajo, pensamos "para qué molestarse con todo eso del círculo y el triángulo en el suelo; en lugar de eso lo visualizaremos". El resultado fue que sufrimos náuseas y una sensación de fatiga los dos días siguientes, como si nos hubieran chupado la energía, una especie de ''resaca oscura del alma'', supongo. Para colmo, el demonio no se manifestó de forma clara. Al parecer los demonios de Goecia tienen ideas muy conservadoras sobre cómo les gusta ser invocados. Nada de las últimas tendencias de la moda mágica les va. O la hacíamos correctamente o nos reprenderían con una colleja.

       
Tejiendo sueños (Dreamweaving)

Este es el bonito nombre de moda que sugiere algo mucho más lleno de encanto que el llevar a tus sueños lo que has estado pensando antes de dormir. Lo que suele ocurrir es que te quedas dormido en medio de esa preparación y puede pasarte también en los pathworking [trabajos de sendero]. Diriges uno, con el grupo en postura cómoda delante de ti, usando tu mejor modulación de la voz para ello y de pronto... ronquidos. Recuerdo cuando me pasó esto una vez en un pathworking. Todos los demás tenían maravillosas visiones de las que informar y cuando llegó mi turno solo pude ofrecerles un bueno, estaba tan hecho polvo por el viaje hasta aquí que me quedé dormido. Podéis imaginar la cara de disgusto de los demás, mirándome con aires de superioridad. Solía preocuparme de mi tendencia a quedarme dormido en la cama cuando hacía rituales de destierro en el plano astral, pero no hay problema, las cosas cambiaron.

Parece ser una parte del aprendizaje mágico. Mientras uno se considera a sí mismo como neófito, se tiene esta especie de ''expectativa'' respecto a que las cosas salgan mal y exagera con las consecuencias, con eso horrible que podría presentarse si haces algo mal. Cuando ya te la hayas pegado unas cuantas veces, irás teniendo más confianza sobre qué estás haciendo y durante las situaciones en las que esto se malogre. Suele estarse menos preparado para lo segundo. Últimamente me tomo las cosas de esta forma: Si hago un trabajo, algo ocurrirá, pero no estoy seguro al cien por cien sobre qué será. La magia implica asumir riesgos. Meterse en una situación de este tipo te dará una nueva perspectiva de las cosas.

En 1979 andaba haciendo Psicología. Trabajando con cartas, Tattwa y elementales. En aquel entonces la magia era para mi solamente una extensión de la psique humana. De risa. Pero no me río al recordarlo. Resulta que una noche desperté rodeado de una neblina roja en mi habitación y con la sensación de que alguien hubiera dejado encima de mi una maleta llena de ladrillos. ¿Pero qué coño?...

No podía moverme, no podía hablar ¿Qué cojones iba a hacer? Muy jodido todo aquello. Proyecté mentalmente, visualizando, un destierro del pentagrama y esa sensación de peso sobre mí desapareció y pude ir recuperando la movilidad. Vale, había tenido una de esas experiencias en las que uno cree que está despierto cuando en realidad está dormido. Me asusté mucho, pero ahora pasado un tiempo puedo ver que me hizo tenerle más respeto a la magia en esos días de juventud.

No fue mucho después cuando hice mi primer intento de evocar a Yog-Sothoth. Ya sabes quien digo, uno de los más horripilantes primigenios. Estando en el límite del distrito de Peak tenía unas cuantas buenas montañas a mi disposición y elegí una de las más altas de todo el distrito. Nevaba. Portaba una antorcha y recuerdo el reflejo rojo de su luz en los ojos de las ovejas. Escalofriante. No recuerdo los detalles sobre que ocurrió, pero sí ver venir un haz de luz desde el espacio hasta las piedras donde me sentaba. Lo siguiente que puedo recordar es que salí corriendo de vuelta a casa de mis amigos, espantado como alma que lleva el diablo. Llegué en un estado parecido al de lo anterior que he contado cuando recuperé el control, confundido y balbuceante. No puedo decir si aquello fue un éxito o un fracaso, pero de nuevo me las apañé para quitarme el miedo de encima. Quizás aquello era lo que necesitaba en aquellos tiempos.

Es posible que aprendamos mucho más sobre magia y sobre nosotros mismos, cuando las cosas no salen como lo planeado. Si la magia fuera tan fácil como alguna gente nos quiere hacer creer, es posible que la encontrásemos demasido prosaica y montáramos cábalas secretas cristianas para derrocar el paganismo o lo que fuese. Para nada es así, la magia es como la vida, estrambótica, extraña y maravillosa. No dejo de sorprenderme del cambio en la atmósfera de una habitación causado solo por quedarme allí agitando los brazos y declamando versos espantosos, maravillado por todo lo que te hace sentir, y cómo todo esto parece dar pie a un proceso estocástico que produce que ocurrra (con mayor o menor exactitud) lo que tú quieres que suceda. Podemos teorizar, intercambiar argumentos y hacernos pajas mentales, todo el tiempo que queramos y de forma tan pedante como queramos, pero el meollo del asunto, el quid de este misterio, nunca será resuelto.

Creo que es muy dificil juzgar resultados mágicos en términos de éxito o fracaso. Mis experiencias con sigiles mágicos, por poneros un ejemplo, me han mostrado que muy habitualmente los resultados no se manifiestan hasta que andas pensando que has perdido el tiempo y entonces ¡zas! te los encuentras. Para algunos planteamientos o aplicaciones de la magia se recomienda buscar lo contrario a lo deseado. Entonces, nuestros reparos al respecto, nuestra voluntad en contra, se encargan de darle la vuelta y que ocurra lo que sí era provechoso y deseado de intentar, pero no lo buscado. Todo acto mágico debería ser instructivo, especialmente cuando no sale de la forma que se había planeado.



Conclusiones

Para terminar, dejo algunos axiomas sobre la magia a tener en cuenta.

-Invoca a menudo.

-Destierra a menudo

-Hazlo con estilo

-Mantén el sentido de la perspectiva

-Cuando algo salga mal ¡Improvisa!



 





Fuentes

http://www.philhine.org.uk/writings/ess_ritewrong.html. Traducción revisada y corregida por el editor desde la fuente original y traducciones existentes en la red.

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