miércoles, 11 de enero de 2017

The Epoch: el contexto, por Peter Carroll


Hace poco, mientras almorzábamos, el profesor Ronald Hutton compartió conmigo su suposición de que la idea de H.P. Lovecraft del Necronomicón probablemente surgió del manuscrito árabe Gayat al Hakim, que más tarde apareció en latín como Picatrix. El Gayat al Hakim / Picatrix muestra la fuerte influencia de la magia egipcia en el neoplatonismo y el hermetismo conduciendo a ciertas concepciones de la Teúrgia Planetaria, que luego aparecerán de manera explícita en los grimorios medievales y renacentistas.

La idea de un grimorio que tiene como su autor a Abdul Alhazred, el “árabe loco”, encaja bastante bien con el Gayat o sus derivados y pueden haber inspirado las historias de los Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft, o al menos su idea del Necronomicón.

La Magia planetaria o la religión planetaria parece haber comenzado en las culturas clásicas helénicas, cuando los antiguos griegos y romanos relacionaron a algunos de sus dioses y diosas con los planetas del sistema solar, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno y la Luna, aunque los inicios de esta idea aparecen en la cultura babilónica. [N. de la T.: ver apéndice 1]

Cuando las religiones clásicas declinaron y terminaron decayendo en el monoteísmo, la idea de los poderes planetarios o ánimas sobrevivió en el gnosticismo, reapareciendo éstos como Arcontes, entidades atribuidas a los distintos planetas que el aspirante a gnóstico tenía que dominar para lograr el progreso espiritual. Algunos gnósticos entendían a los Arcontes como entidades malignas, dispuestas a entorpecer su camino de retorno hacia la divinidad [N. de la T.: ver apéndice 2]. En los grimorios medievales también encontramos el concepto de las inteligencias relacionadas con los planetas, a las que se les atribuye un matiz maligno. Ideas que podrían haber dado origen al   mítico Necronomicón, después de todo su título hace referencia a los dioses muertos o quizás, olvidados.

Con el tiempo, las ideas del hermetismo, del neoplatonismo, del paganismo clásico, del “monoteísmo pagano" [N. de la T.: ver apéndice 3], del gnosticismo, de grimorios medievales y renacentistas, junto a una forma tardía de la Kábala, (más una pizca de espiritualidad oriental, aportada por el colonialismo), terminaron formando, a finales del siglo XIX, una gran síntesis que podríamos llamar "El Modelo Estándar de la Magia” forjada por los adeptos de la Golden Dawn (y principalmente Mac Gregor Mathers, al parecer).

De esta síntesis viene la mayor parte de la teoría y tecnología mágica con la que se han construido  tradiciones tales como Thelema, Wicca, el neo-paganismo, el neo-druidismo, la Magia del Caos, y de hecho la mayoría de los componentes esotéricos del movimiento de la Nueva Era, en el segundo “renacimiento ocultista” que se ha dado a partir de las tres últimas décadas del siglo XX.

En contraposición con el monoteísmo, que parece en declive y las cada vez más imperantes opiniones científicas de corte mecanicista y materialista de finales de los siglos XIX y XX, este nuevo esoterismo empieza a ver a sus "deidades” no como creadores cósmicos todopoderosos, sino como arquetipos de “formas divinas” que representan a escala las habilidades y aspiraciones humanas. También, como “espíritus” derivados fundamentales de nuestras actividades, de los seres vivos y de los fenómenos naturales, en vez de lo que los estudiosos de este tipo de fenómenos postula. Por lo tanto la magia se convirtió en el nuevo arte y la ciencia de la teúrgia; creando "espíritus" y "formas divinas”, (o arquetipos del subconsciente y habilidades parapsicológicas), según fuesen necesarios.

Así, la invocación, evocación, adivinación, encantamiento, e iluminación planificada vinieron a sustituir a las prácticas religiosas como la oración, la adoración o la súplica, y los modelos parapsicológicos semi-mecanicistas de los fenómenos aparentemente mágicos llevaron a aumentar el desarrollo de paradigma científico "duro".
Las técnicas básicas llevaron a la promulgación ritual el dibujo de diversos signos y símbolos místicos, el encantamiento, la visualización y los estados alterados de conciencia por diversos medios fisiológicos, a los cuales Crowley –cómo no- añadió el sexo y las drogas.

Más tarde la Magia del Caos agregó una batería adicional de técnicas de alteración de la conciencia basada en numerosas fuentes y la teoría de que lo sacramental, la santidad y su significado dependen totalmente de la elección del operador, en lugar de los anteriores modelos históricos o espirituales, definiendo así la creencia como una herramienta y no como un fin en sí mismo.

Tal vez el acontecimiento más importante del segundo renacimiento mágico reside en la creencia de que se puede utilizar cualquier simbolismo que te guste, sea antiguo o actual, real o imaginario, para escribir tus propios rituales y conjuros, sabiendo que éstos tendrán efectos mágicos siempre que se haya utilizado la técnica de manera adecuada, los estados alterados de conciencia y algunas artimañas mentales. Este desarrollo laico está implícito en la síntesis desarrollada por los adeptos de la Golden Dawn, aunque intentaron ocultarlo atribuyendo sus creaciones a ciertos “jefes secretos". Esto se convirtió en algo totalmente explícito sólo en el segundo renacimiento mágico bajo la égida de la Magia del Caos, donde las técnicas prácticas asumieron importancia primaria y las representaciones simbólicas de la antigüedad quedaron consideradas como simples alternativas de posible elección.

En lugar de adoptar cualquier panteón ancestral o antiguo particular, la Magia del Caos construyó simplemente un colorido psicocosmos codificado en base a la intención mágica:

Azul para obras de riqueza y poder. (Júpiter)
Naranja para trabajos de inteligencia y rapidez. (Mercurio)
Verde para obras de amor y amistad. (Venus)
Rojo para trabajos de vitalidad y agresión. (Marte)
Negro para trabajos de  muerte. (Saturno)
Plata o púrpura para trabajos de sexo. (Luna)
Amarillo para trabajos del Ego y estados de extroversión. (Sol)
Octarina para trabajos de Magia en Estado Puro, Investigación y Búsqueda. (Urano)
Este esquema funciona bien como una modificación del árbol de la vida de la Kábala, realizado por la GD, excepto porque las esferas no se encuentran en una jerarquía, sino más bien en una mesa redonda de igualdad con la posibilidad de combinar los arquetipos para las entidades menos directas, por ejemplo la recientemente revivida diosa Eris podría aparecer como que tiene características de color rojo púrpura, que podemos utilizar para estructurar una Invocación. Odín es otro ejemplo; aunque no equivale muy bien a una sola esfera de acuerdo con las consideraciones kabalísticas clásicas.

En una iniciativa en Internet, el “Arcanorium College”, (www.arcanoriumcollege.com), tenemos un proyecto en curso para crear lo que hemos denominado provisionalmente Los Portales del Caos, un grimorio gráfico. Este consistirá en un conjunto de tarjetas con imágenes infográficas intercambiables que el mago puede utilizar para la invocación, evocación, encantamiento e iluminación, así como sólo para la adivinación.

Se parecen un poco a un tarot convencional, contando con 8 formas divinas principales y con “espíritus” planetarios e inteligencias asociadas, así como con 28 Dioses y Diosas representando atributos combinados correspondientes a diversos tipos de personalidad, asociados a deidades de varios panteones paganos y algunos otros intentos mágicos.

Además, probablemente tendrá una serie de cartas de predicción y anticipación de sucesos azarosos para poder emplearse en la adivinación o en la utilización en ciertos tipos de encantamiento.

También hemos elegido las cinco grandes entidades del Necronomicón; Cthulhu, Nyarlathotep, Shub-Niggurath y Yog-Sothoth para representar varios fenómenos a escala cósmica, como panspermia panpsíquica, dimensiones alternas, conocimiento arcano de los campos mórficos y demás.

Por lo tanto, si nuestro objetivo es crear un Set de Trabajo Mágico del Arte, con aplicaciones prácticas útiles, entonces tal vez logremos continuar con una tradición muy antigua. Todos los grimorios aparecen como objetivamente 'falsos', incluyendo los imaginarios como el fabuloso Necronomicón, porque las deidades y monstruos en ellos presentes provienen de la unión de trozos de nuestra propia psiquis con la mitología. Sin embargo, pueden tener un poder psicológico y parapsicológico real para nosotros. Tal vez entonces debamos considerar a los grimorios en general como “Herramientas para el Arte”, como una analogía conveniente en vez de entenderlos como mapas que revelan la increíble complejidad de la cartografía de nuestra propia mente.

Con la realización de Los Portales nuestro objetivo es dar todo lo que tenemos, incluyendo la asistencia de un excelente equipo de diseño gráfico, confiando en mejorar el Picatrix y las ideas del Necronomicón, sin por ello dejar de reconocerlos como precursores de una tradición histórico-artística del pensamiento mágico.

Nota a la nueva versión 2.0 de la Copa Mágica: Después de una intensa lucha metafísica de quince días se me ocurrió que un cáliz puede funcionar como un dispositivo para estimular la imaginación, en lugar de imponer una estructura en la percepción, y de ahí su nuevo diseño estocástico.



Breve descripción de The Epoch

The Epoch es una obra que contiene varios elementos a analizar. Una parte, el Esotericón, cuenta con tres grimorios, divinidades tradicionales y algunas menos conocidas, todas perfectamente ilustradas y descritas, una “actualización” del Necronomicón, instrucciones detalladas para el trabajo con los Antiguos Dioses -sólo para magos de gran experiencia-, más capítulos adicionales sobre la historia del Tarot, el desarrollo de las deidades con el tiempo y algo de física cuántica. La otra parte, Los Portales del Caos, es un conjunto de 54 cartas maravillosamente ilustradas, que el practicante podrá implementar para sus operaciones mágicas.

La idea detrás de The Epoch es presentar una nueva síntesis del pensamiento y la práctica mágica, un paradigma innovador que incorpora deidades y conceptos antiguos, recientes y un toque de nuevos dioses. Panteones de varias religiones mundiales se encuentran presentes, al mejor estilo de la Magia del Caos, con un sólido núcleo de investigación y conocimiento, revelando el increíble potencial y la imaginación de Carroll.

Las cartas Portales del Caos deparan interesantes sorpresas; más allá de la fuerza de sus ilustraciones, abren todo un abanico de posibilidades mágicas, que se enseñan a explotar en el libro, el Esotericón. Se pueden encontrar todos los personajes esperados, e incluso varios “inesperados”.

 

Apéndices

[…]Los babilonios también creían que habían doce dioses principales, cada uno de ellos velando sobre un mes y un signo zodiacal. Aprendemos esto de la Bibliotheca Historica, escrita por Diódoro Siculo, un historiador griego del primer siglo a.C. La más temprana lista babilónica de relaciones entre los meses y las deidades ha sido fechada alrededor de 1000 a.C. Los dioses de tres de los meses babilónicos pueden ser igualados con los dioses olímpicos asociados con el mismo mes - Ishtar con Demeter/Ceres, Marduk con Ares/Marte, y Sin con Apolo. Sin embargo, en cada caso la deidad babilónica tiene un equivalente diferente en el sistema establecido para los dioses planetarios.


 Tabla 1: Dioses planetarios babilónicos y sus equivalentes griegos y romanos

Planeta

Babilónico

Griego

Romano

Saturno

Ninib (Ninurta)

Kronos

Saturno

Júpiter

Marduk

Zeus

Júpiter

Marte

Nergal

Ares

Marte

Venus

Ishtar

Afrodita

Venus

Mercurio

Nabu

Hermes

Mercurio

Luna

Sin

Artemis

Diana

Sol

Shamash

Apolo

Apolo



Extracto de: “Doce Dioses y Siete Planetas” por Ken Gillman – traducción de Joanna Murdoch –



Según el Gnosticismo, los arcontes o demiurgos eran dioses inferiores, los verdaderos hacedores de los hombres, intermediarios entre la divinidad, inalcanzable e incognoscible, y la humanidad. Son ellos los responsables de la construcción imperfecta de la realidad que nos rodea y de las dificultades que debe atravesar el hombre para conseguir sus metas. Se menciona que crearon a un hombre incapaz de ponerse en pie por sí mismo, pero que fue animado con la ayuda misericordiosa del espíritu divino, gracias a lo cual fue capaz de andar. A veces se los identifica como ángeles y demonios a la vez. Los primeros datos de la existencia de estos hacedores podemos encontrarlos en los Manuscritos de Nag Hammadi, también llamados “Los evangelios gnósticos”, textos escritos en idioma copto y hallados en 1945, pero que datan de los siglos I y II de nuestra era, en síntesis, los referentes más cercanos a la historia del cristianismo. Constan de varios evangelios, ninguno de los cuales fue considerado como parte integrante de la Biblia. Hubo interpretaciones posteriores a los mismos, identificándose a los arcontes como seres extraterrestres (reptiles y grises) en las actualmente famosas teorías de conspiración, por lo cual se anima al lector a buscar referencias sobre este tema con mucho cuidado. Más datos en http://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3stasis_de_los_Arcontes


La idea de un monoteísmo pagano hace referencia a la vuelta al paganismo en aquellas culturas que asumieron una única divinidad, en contraste con el clásico panteón politeísta. Esto ha ocurrido en varios momentos históricos y revela lo que se conoce como “el cansancio de los viejos dioses”. El primer antecedente, quizá, se presentó en el pueblo egipcio durante el reinado de Amenofis IV, quien asumió el nombre de Akenatón e impuso el culto al disco solar como divinidad exclusiva, con la destrucción de todo lo que evocase las creencias anteriores de la religión egipcia. Cierto es que ese monoteísmo pagano no duró mucho tiempo, ya que a la muerte de Akenatón su hijo, Tutankamón restauró el antiguo sistema de creencias. El mismo fenómeno ocurrió durante los primeros tiempos del cristianismo en el Imperio Romano, cuando, pese a sus esfuerzos, la Iglesia no pudo eliminar por completo al paganismo y sus fuertes raíces, que continuaron actuando de modo oculto e impregnando creencias y ritos. Más adelante, desde fines del siglo XVIII, recién concluida una cacería de brujas llevada a cabo por la llamada Santa Inquisición, hasta la primera mitad del siglo XX los pensadores paganos aparecieron bajo la máscara de aquellos que se denominaban "conservadores revolucionarios", "nihilistas aristocráticos", "elitistas"; en definitiva, todos aquellos que no deseaban sustituir a Jesús con Marx, sino que rechazaban a la vez a Marx y a Jesús. Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger en filosofía, Carl Gustav Jung en psicología, Georges Dumézil y Mircea Eliade en antropología, Vilfredo Pareto y Oswald Spengler en ciencia política, sin mencionar a docenas de poetas como Charles Baudelaire, que tuvieron seguidores a lo largo y ancho de toda Europa y un poco más tardíamente en el continente Americano. Y por supuesto, en la actualidad, ya que el descontento de muchos fieles con el catolicismo los ha llevado a introducir, muy a pesar suyo, concepciones espirituales provenientes de otros sistemas de creencias, como el hinduismo, el budismo y el paganismo europeo de los pueblos celtas originales o variaciones del chamanismo de América o Europa. En muchos de estos casos no se abandona la idea de una sola divinidad, pero se la adorna con elementos paganos perfectamente identificables como propios de otras religiones. Así, encontramos santeros que le rezan a Cristo, tarotistas devotos de la virgen María, brujas que trabajan con entidades angélicas y mucho más. En Occidente, el Movimiento New Age ha propiciado esta importación religiosa, que ha vuelto a dar oxígeno –y sentido- a los viejos íconos y creencias de los fieles. Para más datos ver la obra de Tomislav Sunic , “Sobre Paganismo y Monoteísmo” (y un extracto de la misma en http://editorial-streicher.blogspot.com.ar/2014/03/tomislav-sunic-sobre-paganismo-y.html).


Traducido por Astrid Griesser

Imagen de cabecera obtenida de http://scrollofthoth.com/



Fuentes

Extraído de “Pensamientos” Un breve ensayo sobre los orígenes de algunas ideas esotéricas contemporáneas, por Peter Carroll.

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